América Latina atraviesa un momento de madurez en su industria turística. Las últimas proyecciones y estudios muestran que la región no solo se recupera tras la pandemia, sino que está redefiniendo su posicionamiento global con foco en la conectividad aérea, la autenticidad cultural y el desarrollo sostenible.
Principales tendencias de 2025
- Conectividad aérea más sólida y diversificada
Según los análisis de Mabrian, México, Brasil y Argentina están ampliando sus rutas de vuelo tanto domésticas como internacionales.
Al mismo tiempo, países como Perú y Ecuador optimizan su capacidad aérea internacional apuntando a mercados más estables (Europa, América del Norte), lo que les permite generar demanda más sostenible. Sin embargo, no todo es homogéneo: un informe reciente advierte que los costos de los pasajes aéreos aún pueden frenar el crecimiento turístico en algunas rutas. - Autenticidad como ventaja competitiva
El turismo latinoamericano está apostando fuerte por experiencias más genuinas y profundas. Según Mabrian, destinos como Ecuador, Perú y Costa Rica destacan en satisfacción turística no solo por su naturaleza, sino por su cultura y su autenticidad. Esa apuesta por lo auténtico también se materializa en el desarrollo de productos turísticos novedosos: rutas culturales, turismo rural o ecológico y experiencias inmersivas que van más allá del típico recorrido turístico. - Desestacionalización y demanda más equilibrada
Varios países están aprovechando temporadas intermedias para distribuir mejor los flujos de turistas. Por ejemplo, México y Ecuador registran picos en noviembre-diciembre, pero también a mitad de año, lo que abre oportunidades para campañas específicas fuera de temporada alta. - Esta estrategia no solo ayuda a mitigar la saturación en los destinos más populares, sino que también mejora la rentabilidad y el uso de infraestructura turística.
- Turismo cultural y experiencias “en capas”
El turismo cultural tiene un peso creciente en la región: Argentina y Brasil lideran en este segmento, ofreciendo experiencias ligadas al patrimonio, la música, la gastronomía y el arte. Al mismo tiempo, destinos como Costa Rica se afianzan como referentes del “turismo natural”: actividades al aire libre, senderismo y ecoturismo combinan muy bien con el deseo de los viajeros de experiencias sostenibles. - Transformación de los proveedores turísticos
Según un informe de Phocuswright, el sector turístico en Latinoamérica está más digitalizado y consolidado.- Las aerolíneas de bajo costo crecen, mientras que las tradicionales reestructuran sus estrategias.
- En hotelería, hay más de 150 nuevos proyectos en marcha en Brasil, México y Chile, lo que demuestra confianza inversora.
- Las plataformas digitales (OTAs) ya representan más de la mitad de las reservas en línea, lo que refleja una madurez digital clave para el turismo latinoamericano.
- Sostenibilidad como eje de desarrollo
Países como Chile y Brasil están incorporando la sostenibilidad en su hoja de ruta turística. Chile ha lanzado una estrategia nacional hacia el turismo verde para 2035, mientras que Brasil está impulsando destinos inteligentes (smart destinations) con criterios de innovación, accesibilidad y manejo responsable. - Esta apuesta no solo mejora la imagen internacional, sino que también contribuye a un turismo más respetuoso con el medio ambiente y con las comunidades locales.
- Diversificación de mercados emisores
Un dato muy relevante: según Amadeus, se observa una fuerte diversificación en el origen de los turistas hacia Latinoamérica, con mercados emergentes como China creciendo. Esa apertura hacia nuevos mercados aportará no solo más visitantes, sino también una mayor estabilidad en la demanda.
Impacto económico
El turismo en Latinoamérica se proyecta como un gran motor económico: según el WTTC, podría sumar US$ 260.000 millones a la economía regional en la próxima década y generar casi 8 millones de nuevos empleos si se implementan políticas clave como infraestructura de transporte, facilitación de visas y promoción turística.
Desafíos y riesgos
A pesar de las oportunidades, no todo es color de rosa:
- Los precios de los pasajes aéreos todavía son una barrera para algunos mercados y rutas, lo que puede limitar la movilización de turistas entre países latinoamericanos.
- La sobreexplotación de destinos populares exige una gestión sostenible para evitar daños ambientales o sociales.
- La digitalización rápida debe estar acompañada de políticas que garanticen inclusión y acceso para comunidades locales.
- La volatilidad macroeconómica o política en la región podría afectar la inversión en infraestructura turística a largo plazo.
América Latina está consolidando un nuevo modelo de turismo para 2025 y más allá: uno más conectado, más auténtico, más digital y comprometido con la sostenibilidad. Lejos de depender únicamente del turismo masivo, la región apuesta por experiencias profundas y responsables, mientras fortalece su oferta con inversiones en transporte, tecnología y promoción.
Si logra equilibrar ese crecimiento con políticas inteligentes, el turismo podría transformarse en una palanca clave para el desarrollo económico y social de Latinoamérica, al mismo tiempo que ofrece a los viajeros experiencias más ricas y diversas.

