Un informe de Booking.com revela cómo la IA se integra en cada etapa del viaje, desde la planificación hasta el regreso, y cómo los viajeros argentinos la adoptan como herramienta clave para optimizar y personalizar sus experiencias
La Inteligencia Artificial (IA) está transformando de manera acelerada la forma en que las personas planifican, disfrutan y recuerdan sus viajes. Según el Informe global sobre la percepción de la IA publicado por Booking.com —basado en las respuestas de más de 37.000 consumidores de 33 mercados, incluido Argentina—, la tecnología se consolida como una aliada estratégica tanto para la inspiración como para la logística de los viajes.
A nivel local, un 69% de los viajeros argentinos ya utilizó la IA en algún momento de sus viajes, y la gran mayoría lo hizo en la etapa de planificación y reservas (99%) o durante el trayecto (98%). Las funciones más comunes abarcan la traducción de idiomas (47%), la búsqueda de actividades en destino (48%), la elección de restaurantes (35%) y la orientación en entornos desconocidos (43%).
Antes de partir, los argentinos recurren a la IA para investigar sobre destinos y temporadas (43%), explorar experiencias culturales (29%) y obtener recomendaciones gastronómicas (30%). Incluso, en muchos casos, los asistentes de IA compiten o superan en confianza a recomendaciones de amigos (26%) e influencers (13%).
Tras el regreso, la edición de fotos (44%) aparece como el uso más frecuente, aunque también crece el interés por aplicar la tecnología para viajes más responsables. Un 77% valora las sugerencias que evitan sitios masificados y un 66% desea encontrar actividades que aporten al bienestar de las comunidades locales.
“La IA generativa representa uno de los cambios tecnológicos más significativos de nuestra era y redefine cómo interactuamos con el mundo. La oportunidad es enorme, pero también implica responsabilidad en transparencia, seguridad y confianza”, señaló James Waters, director comercial de Booking.com.
El estudio confirma que la Inteligencia Artificial no solo agiliza y personaliza la experiencia de viaje, sino que empieza a influir de manera decisiva en la forma en que las personas deciden, viven y recuerdan sus aventuras.